martes, marzo 06, 2012

Manifiesto de solidaridad con Leiqui Uriana

Manifiesto de solidaridad con Leiqui Uriana


El Colectivo Creador de la Muestra de Cine Indígena de Venezuela, extiende su solidaridad y en virtud de la misma denuncia lo vivido por nuestra Productora General y Cineasta Leiqui Uriana Henríquez cuando se dirigía a mostrar su trabajo de la Serie “Ser un Ser Humano” Un retrato colectivo de la Humanidad y participar en la Mesa Redonda “El rol de las y los documentalistas en la protección de la diversidad cultural” en el Festival Internacional de Cine Invisible de Bilbao, al cual fue invitada por parte de la ONGD Kultura, Communication y Desarrollo KCD.

En ocasión a dicho viaje, Uriana fue víctima de los procedimientos que se vienen implementando en el mundo en el marco de la supuesta lucha antiterrorista. Los cuales atentan en general contra los derechos de todos, porque le permiten a las autoridades sospechar que cualquiera puede actuar en contra de la seguridad global, realizar actos terroristas o transportar sustancias ilícitas. La selección suele –como en este caso fue- visar a personas de acuerdo con su pertenencia étnica y condiciones socioeconómicas y a las presunciones injustas que en virtud de estas se construyen.

Es así que sucedieron los hechos a los cuales nos referimos cuando Uriana pretendía tomar un vuelo de Caracas a Madrid, el día 3 de marzo de 2012 a las 2.30 de la tarde desde el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía. Uriana se disponía a chequearse en el “counter” de la aerolínea Iberia, momento en el cual fue abordada por funcionarios de la Guardia Nacional que le indicaron que debían acompañarla a revisar su equipaje y procedieron a interrogarla sobre el motivo de su viaje y sus actividades cotidianas, a lo cual Leiqui, presentó su documentación (pasajes, carta de entrada a España, Carta de invitación del Festival, Credencial Estudiantil, Visado, Programación del Encuentro, entre otros).

Luego de eso y según el propio relato de la compañera: “ fuimos a sistema de rayos x, allí me pasan unas 3 veces y los soldados no me dicen nada sino que comienzan a interrogarme, a dónde vas? Cuánto dinero llevas? A que te dedicas? Dónde vives? Y me determinan hacerme una placa.

El soldado que me custodia me dice cuando me lleva a la oficina “ve que si escondes que llevas algo eso cabe penalidad,¿ lo sabes?” Allí me puse nerviosa, porque sabía que no llevaba nada, pero cuando me dicen que tengo algo extraño en el estomago me asustó y me asombró porque pensé que me intentaban criminalizar por algo…. Para colmo cuando llegamos a la oficina como 4 o 5 tenientes o oficiales, sin presentarse ni identificarse comenzaron a interrogarme, a preguntarme lo mismo, a prohibirme hacer llamadas, recibir llamadas o escribir texto. Me sentía tan sola y tan vulnerable.

En ese momento, Leiqui Uriana fue víctima de varios excesos por parte de los funcionarios, lo cual consideramos contrarios a los valores de nuestra sociedad y causados por valoraciones fundadas en la discriminación.

Luego de haber sido sometida a los rayos X, le fue indicado por uno de los funcionarios que debía hacerse una placa en una clínica privada y que ella debía pagarlos “la placa hay que hacerla en una clínica y tienes que pagarla, porque la guardia nacional no tiene los equipos médicos ni los recursos para hacer ese tipo de exámenes”. Lo cual Uriana no acepta en un primer momento porque no tenía dinero destinado para tales efectos. En un segundo momento, le es indicado que debe practicarse un enema, el cual debe pagar (100 bolívares) y que no puede ponerse ella misma sino que ha de ser colocado por una tercera, no identificada como miembro de la Guardia Nacional sino como una trabajadora de limpieza del aeropuerto y que cumpliría el rol de testiga.

“Yo les digo que no tengo plata. Y ellos no me dicen nada, me dejan allí sentada en la oficina y todo soldado que entraba me preguntaba cosas y se iba. Hasta que finalmente como 7pm me dicen que me deben aplicar un enema para sacar el cuerpo extraño que tengo en mi estomago, sino no me podrán dejar ir. Ya de quererme ir y de no responder más las mismas cosas, accedí al enema y me asignaron una custodia femenina de apellido Flores con ella fui al baño y delante de ella y de una testigo, una mujer que limpia los baños me hicieron defecar dentro de una bolsa en un pote. Pero no bastó una vez, me hicieron esperar y volver a defecar otra vez. Ya a las 8pm, el avión se va la soldado dice “sin novedad” y me saca del baño corriendo a firmar un documento en blanco en un libro de actas, ella me decía: “ apurate, ¿no te quieres ir?”, y me custodió hasta subirme en el avión”

Son los anteriores hechos los que este Colectivo denuncia, en tanto violentaron claramente los derechos constitucionales que acompañan a todas las personas como derivados de su dignidad.

El proceder sin justificaciones, y siendo que esta no es la primera vez que un miembro de nuestra comunidad es blanco de prácticas contrarias al decoro y a la dignidad que toda persona tiene, y, que consideramos evidente que la selección de Leiqui Uriana para ser sometida a estos controles se derivó de su pertenencia étnica y a su condición de mujer, nos motiva a manifestar públicamente nuestra solidaridad y a exigir sean redoblados los esfuerzos para la construcción de una sociedad pluricultural y multiétnica donde los derechos individuales y colectivos de todos y de todas sean respetados.

Estas realidades contrastan las declaraciones emanadas en la Decimosexta sesión del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), realizada en Ginebra, Suiza, donde se aseveró que los venezolanos tienen garantizados de manera "permanente y absoluta" sus derechos humanos en la Constitución, “Venezuela es un Estado Social de derecho y de justicia” (Ginebra 1 Marzo 2011). Igualmente el 7 de Octubre de 2011 en la 12da Reunión para el Examen Periódico Universal de Derechos Humanos, la vocería venezolana indicó que impulsaría una política más ambiciosa en materia de derechos humanos y se destacó que para Venezuela, la presentación de este informe ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, sería la oportunidad de “revisar y profundizar las políticas públicas en materia de promoción de Derechos Humanos para la construcción del Poder Popular”. Este discurso fue ratificado en la Decimonovena sesión del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, el 29 de Febrero de 2012, citando los Principios de París.

Es necesario apuntar que toda la Administración Pública se encuentra al servicio de la comunidad y que debe actuar para garantizar los derechos de esta, y que debe abstenerse de prácticas discriminatorias. Mandato que rige igualmente a los cuerpos de seguridad, entre ellos a la Guardia Nacional Bolivariana, que sigue practicando actos inconstitucionales y que hacen flaco favor a una iniciativa de proceso de cambio, sobre todo cuando se acerca de nuevo el examen electoral para Venezuela.

En virtud de lo cual se exige:

- Que los funcionarios públicos adopten códigos de ética intercultural, ya que en muchos casos gana terreno la ignorancia, el desconocimiento y la discriminación que existe en la cotidianidad por parte de estos servidores públicos y que excluyen al otro a través de la humillación y denigración.

- Que los funcionarios públicos entiendan, que ser indígena o parecer indígena siempre plantea unos estereotipos, pero que no es regla para determinar (sin miedo a equivocarse), que nuestros pueblos indígenas estén vinculados a la “migración ilegal”, el contrabando de productos ilícitos, y que dichas realidades, que no son positivas, no pueden pasar por encima de la humanidad y atropellar sin razón a alguien.

- Que los funcionarios públicos, en este caso la “Guardia del Pueblo” deberían respetar la movilidad humana, dar un trato digno y no concluir que todas las personas son "narcotraficantes", "narcomulas" o "inmigrantes ilegales".

- Que presenten las disculpas que corresponden y que no extendieron a Leiqui Uriana.

- Que expliquen las causas que los llevaron a actuar de este modo y denunciamos el hecho que le fuese presentado a Leiqui un documento en blanco, puesto que es un derecho fundamental conocer el estado jurídico para poder ejercer en el momento presente y a futuro un derecho a la defensa efectivo y a solicitar las reparaciones que podrían causarse de un manejo irresponsable, discriminatorio o excesivo en el cumplimiento de una función pública, tal como el resguardo del orden y la seguridad.

Finalmente la labor que hace nuestra hermana Leiqui Uriana seguirá contribuyendo desde diferentes escenarios a la eliminación de estos estereotipos, la erradicación todas las formas de discriminación y a la construcción de un país que reconozca a sus originarios padres y madres indígenas.

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